- FIESTA DEL CORDERO

Fa lam maa janna ‘alayhi alayiu ra’a kawkabaa...

Y cuando cayó sobre él la oscuridad de la noche vio una estrella... (Qur’án 6: 76)

Hoy se celebra la fiesta mayor de los musulmanes: Fiesta del Sacrificio, Aid el Kebir, o Aid El Adha.

Se conmemora el momento en que Dios indulta al hijo de Abraham que iba a ser sacrificado por su padre; sustituyéndolo por un cordero.

Se puso así fin los sacrificios humanos de motivación religiosa, celebrando la vida y demostrando que Ibrahim –Abraham- era hanif –sumiso- y que apartándose de la idolatría buscaba a Dios sinceramente. Padre e hijo levantaron el templo de la Kaaba, al que todo musulmán tiene la obligación de peregrinar una vez en la vida; siendo este también  un viaje interior.

Esta mañana los hombres se han vestido con sus mejores ropajes tradicionales, para acercarse a las mezquitas al rezo del mediodía.

En la ceremonia especial de hoy se recitan unos versículos que sólo se cantan durante las dos fiestas anuales y en los enterramientos. Cuando la reunión se disuelve los asistentes se besan en señal de hermanamiento, porque esta es una fiesta esencialmente comunitaria y familiar y en la que unos a otros se invitan a degustar el cordero que han matado de acuerdo a la ritualidad musulmana - a primera hora de la mañana - y del que comerán durante tres días.

Nosotros salimos esta mañana por Nador, raramente desierto, un paisaje “postsacrificial”, con sus carros de pellejos, sus parrilladas de cabezas, su atávico aire de matanza, un ritual tan próximo como ajeno.

En la mezquita los menos afortunados hacían cola para recibir la limosna a la que obliga esta festividad, en la que el mandato es compartir.